viernes, 18 de marzo de 2011

La reina de la noche

 En el claro de un bosque una noche oscura y sombría aun cuando yo era una  niña, mi madre me llevo para allá. Lo recuerdo perfectamente. Mi madre me abandono allí y me prometió que estaría bien y que  me cuidara, después me beso en la frente antes de irse. Yo era una niña a penas  tenia los 6 años, y cuando me dejo en la fría oscuridad de la noche no sabía qué hacer me limite a quedarme inmóvil en la oscuridad a la espera de que pasara algo o volviera mi madre. Pasaron muchas horas hasta que me tire al suelo rendida de cansancio. Después me encontré en el orfanato allí crecí pero aunque eso era mi hogar y además lo único que tenía yo sabía que no pertenecía a ese mundo.                                       

              El día que cumplí mis 17 años decidí que el día  de abandonar aquella vida había llegado. Nada despertarme me vestí y baje a desayunar, en cuanto tuviera una oportunidad saldría de allí.  Como ya imagine no tuve ninguna oportunidad. Esa noche salí por la puerta principal en dirección al bosque, oí voces sobre una chica que se había escapado del orfanato. Las voces cesaron. Lo siguiente que recuerdo es la mordedura de alguien en mi cuello, y como el intenso dolor y el ardor aumentaba cada vez más. Aumento hasta punto que me hubiera gustado estar muerta pero el dolor no disminuía. Cada vez aumentaba mas deseé morirme y dejar de sentir, lo deseaba con todas mis fuerzas no podía soportarlo no por mucho tiempo. Y cuanto más deseaba morir mas iba parando el dolor hasta que deje de sentir pero ni siquiera pude distinguir si hacia frio o calor. Abrí los ojos y ahí estaban los dos hombres que había oído hablar mirándome. Me levante pero lo primero que hicieron ellos fue mirarme durante un segundo e inclinase ante mí. Me quede perpleja sin saber que decirles, ellos se levantaron y me explicaron lo que estaba pasando. Al principio no me lo creí, ¿yo un vampiro? No, tenía que a ver otra explicación. Pero no la había, también me explicaron que me habían convertido por que era su reina y que era lo mejor para todos. Mi madre me abandono para que no lo hicieran pero quizá ese era mi destino. Cuando les pregunte que comíamos al principio se miraron entre ellos y vacilaron unos instantes antes de responder “sangre humana” .Me negué ni en broma iba a matar a alguien, no podía era incapaz. Prefería morir antes que hacerlo les pregunte sobre el tema pero se negaron a responder. Y lo peor es que lo único que conseguí sonsacarles era que ellos podían morir de una estaca en el corazón pero que la nobleza de esta especie lo tenía más difícil. Di por finalizada la cuestión y salí corriendo hacia el orfanato antes de que amaneciera. Entre sin que nadie me viera y me dirigí hacia la biblioteca al entrar no vi a nadie pero en la última mesa había un chico de pelo castaño y ojos marrones .Me sobresalte pues nunca le había visto en el orfanato o nunca me había fijado en el. Me acerque a él llena de curiosidad, pero un olor delicioso me retuvo era el olor de la traición de la sangre. Me arme de valor para no hacerle caso al olor y lo conseguí aunque llegue hasta el muchacho un poco abrumada. Estuvimos hablando hasta que él se fue a comer tuve que inventarme una escusa para no ir y se la creyó. Me puse de inmediato en busca del libro  de vampiros, conociendo a las monjas estaría entre los libros de atrás y en los más altos. Me subí a una escalera y caí cuando el olor del muchacho volvió esa vez me pillo de sorpresa. Me levante el suelo y salí corriendo ya que no quería hacer nada de lo que arrepentirme. Fui hasta mi habitación la persiana estaba bajada. Estuve  allí todo el día hasta que llego la noche. No podía cruzarme con nadie el olor de la sangre era muy dulce y por ahora lo había esquivado por qué no tenía tanta sed pero ya empezaba a sentir como mi boca se iba secando pero iba a aguantar debía hacerlo para no poner a nadie en peligro. Baje las escaleras en dirección a la biblioteca pero en el ultimo escalón empecé a oler la sangre otra vez. Aguante el olor y me di la vuelta ahí estaba él. Le pregunte por su nombre ya que no se lo había preguntado antes y me dijo que era Corín. Sonreí estuvimos ablando hasta que él se fue a la cama a medianoche y quedamos para hablar al día siguiente ya que nos llevábamos también.
Fui a la biblioteca a buscar el libro y me encontré dentro a los vampiros del otro día Cuando llegue se volvieron a inclinar como la noche anterior pero les ignore .Me volví a las escaleras a buscar el libro ellos me intentaron persuadir que era una locura que me intentara matarme por que el destino decidiera que tenía que ser la reina de los vampiros y se les veía muy convencidos en que acabaría recapacitando, les mire con desdén antes de seguir buscando en libro. Me pase toda la noche buscando el libro ellos se aburrieron y se marcharon pensé que era mejor así. Al día siguiente vino Corín a la biblioteca estuvimos ablando cuando se me empezó acercar, tuve que contener la respiración para no lanzarme a por él. Me toco el rostro con la cara y me beso. Cuando me soltó ninguno de los dos dijo nada, yo simplemente me dedique a mirar los libros aunque no me importaban demasiado. De repente como si hubiera estado ensayado un titulo llamo mi atención ‘‘vampiros, de cronil jest” lo cogí pero sin mucho entusiasmo ya no me interesaba nada. Me despedí de Corín con un beso y lleve el libro a mi habitación. Pero la habitación estaba inundada por los rayos solares, tire el libro y note como algo en mi mente. Me vino sed a la cabeza solo deseaba beber tenía una sed horrible no podía aguantar más. Baje a la biblioteca pues solo deseaba su sangre cualquier otra persona me daba igual. Él era lo que más deseaba en el mundo y no me iba a irme sin probarlo. No me importaba lo demás ya me encargaría de ellos mas tarde. No me importaba que me hubiera dado el sol, y tampoco me importaba ser una asesina, en ese momento no. Baje todo lo corriendo que puede que era bastante a comparación de si hubiera sido una frágil y débil humana y me sentí poderosa, más poderosa de lo que nunca antes había sido. No me importaba el hecho de tener los ojos rojos llenos de malicia y tampoco ver allí a lo mejor que me había pasado en la vida  asustado. Me abalance sobre el e hinque mis colmillos en su cuello. Bebí y bebí hasta saciar mi sed y me calme una ola de calma me invadió pero no solo de calma sino también de tristeza al darme cuenta horrorizada de lo que había hecho. Había caído la noche cuando con pesadumbre abandone la escena. Me arrepentí muchísimo el hecho de que no pudiera llorar no demostraba nada. Subí a mi habitación y lo primero que vi tirado en el suelo era el libro. Lo abrí y me lo leí hasta llegar a la parte de cómo matar a un vampiro rey o reina. Entonces suspire, me lo leí a fondo y supe cómo debía morir. Me cree mi propia estaca de holata y antes de que se llevaran el cuerpo puse su mano en la estaca. Los dos vampiros llegaron tarde para impedir lo que iba a suceder. Mi verdadero destino. Puse unas velas negras a mi alrededor y me clave la estaca, pero algo salió mal. Porque mi alma quedo atrapada en el mundo de los espíritus.    

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